Una oportunidad para eliminar todos los malos augurios y pedir tres deseos. Este año, la cofradía María Desolada fue la encargada de organizar la festividad, en la que se pudo disfrutar de la charanga “Los que nunca fallan” y degustar unas gachas, cata de pisto y limonada solidaria.
El barrio de San Juan se vio envuelto por más de un centenar de daimieleños que se reunían en torno a la hoguera dedicada a este santo. Un año más volvían a prender las llamas en la que los vecinos de la localidad pudieron pedir sus deseos quemando las hojas de laurel, eliminando todo lo negativo y dando tres vueltas a la hoguera. Los hermanos mayores de María Desolada, Jesús Redondo, Valentina López-Tercero, Teresa Gómez Cambronero y el alcalde Leopoldo Sierra, quien deseaba buena suerte a todos los daimieleños, fueron los encargados de encender la hoguera.
La cofradía María Desolada fue la encargada de organizar este año la festividad. Su presidente, Javier Prado quiso agradecer tanto la participación del barrio como a la Asociación Española Contra el Cáncer de Daimiel, por la organización y el apoyo.
De esta forma, el Santo, situado en la casa de Teresa Gómez Cambronero, pudo visitarse durante toda la gala. La noche estuvo amenizada por la charanga “Los que nunca fallan” de Carrión de Calatrava. Asimismo, se pudo degustar un vaso de limonada, unas gachas y una cata de pisto solidarias por un euro, el cual irá destinado a la asociación local de cáncer. Su presidenta, María de los Ángeles García de la Galana, también quiso reconocer la participación de todos los vecinos.
Por último, Alicia Loro, que asistía por primera vez en su condición de concejal de Festejos, felicitaba la organización de la velada a la hermandad y el cumplimiento de los deseos de los daimieleños.