Más de un centenar de especialistas y neuropediatras, procedentes de varios hospitales de Castilla-La Mancha, Madrid y Valencia, se han dado cita este viernes en el Hospital General de Tomelloso (Ciudad Real), en el marco de las segundas Jornadas sobre Trastornos del Neurodesarrollo.
Una cita en la que se ha analizado el origen, diagnóstico o prevalencia de patologías como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el autismo o las altas capacidades.
Según la doctora Carmen Torres Torres, responsable de la Unidad de Pediatría del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) el TDAH debe considerarse un “trastorno neurobiológico” en el que el componente hereditario es una de las principales causas.
El TDAH está asociado a un fuerte impacto en la familia y en la sociedad, por un lado porque “los padres se sienten culpables” del problema que presentan sus hijos y en segundo lugar, porque los niños diagnosticados con TDAH presentan un “deterioro en la capacidad para el desarrollo” de acuerdo a los parámetros normales.
Por su parte, el doctor Francisco Montañés, jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital de Alcorcón (Madrid) apuesta por el tratamiento farmacológico unido a terapias conductuales para fomentar el desarrollo de las capacidades del niño y paliar la “desregulación emocional que va asociada al TDAH”.
“La medicación responde de igual manera para los problemas nucleares como para los síntomas emocionales tales como la ansiedad, las alteraciones de conducta, el estrés, etc”, ha asegurado Montañés.
No obstante, según el doctor Fernando Mulas, neuropediatra del Hospital La Fe de Valencia y director del Instituto valenciano de Neurología Pediátrica (Invanep), es fundamental que el manejo terapéutico del paciente diagnosticado con TDAH sea “individualizado y cuente con valoraciones específicas”.
Prevalencia
Las patologías por neurodesarrollo infantil son cada vez más numerosas y llegan a ocupar casi la mitad de las consultas de neuropediatría.
Según las últimas estadísticas actualmente un 7% de los niños presenta déficit de atención e hiperactividad, a veces suelen ir asociadas a otras alteraciones que impiden su diagnóstico.
Generalmente el TDAH, dependiendo de la edad del paciente, evoluciona hacia trastornos disociales en la infancia, falta de control en los impulsos, retrasos específicos del desarrollo motor y del lenguaje, consumo de sustancias en la edad adulta y alta tasa de accidentes, entre otros.