Carlos Perona, el ciclista paralímpico de Tomelloso, tetracampeón de la Copa de España, será el protagonista de una de las actividades de la programación de la Feria del Deporte y de la Salud
Apasionado del deporte desde los 11 años, Carlos Perona ha practicado muchas y variadas disciplinas en tanto que se considera un espíritu inquieto y es altamente competitivo. Sin embargo, un accidente laboral truncó algunas de sus aspiraciones pero le hizo encontrarse de frente con el ciclismo donde ha conseguido alzarse con numerosos reconocimientos a pesar de las dificultades que ha tenido en su periplo de competiciones oficiales. Escollos que no le han impedido seguir avanzando en la práctica de este deporte que considera muy necesario en su vida. Un ejemplo de superación y lucha por el que se convertirá en el Abanderado de la segunda edición deDeXTí, la Feria del Deporte y de la Salud de Ocio y Deporte que se desarrollará del 13 al 15 de septiembre en el centro FitPro de Campo de Criptana.
Carlos, has sido desde siempre una persona vitalista muy ligada al deporte. Cuéntanos un poco cómo ha sido tu vida deportiva.
El deporte y yo hemos ido cogidos de la mano desde que era muy pequeño, realmente era mi pasión. Con 11 años practicaba tenis y despuntaba bastante ya que siempre he sido muy competitivo. Ya en el colegio empecé a interesarme por el balonmano ocupando el puesto de portero, una disciplina en la que apuntaba maneras, pero a la que no llegué a dedicarme en competición. Después, con el trabajo y el poco tiempo que me quedaba, decidí empezar a jugar al fútbol sala en un equipo local volviendo a ocupar el puesto de portero, en lo que fue una afición muy bonita.
Sin embargo, el accidente que tuve me privó de seguir practicando muchos que los deportes que había hecho hasta el momento, y como no podía verme quieto, comencé a hacer footing, a salir a correr, pero tuve que dejarlo por las continuas lesiones en mi rodilla derecha a causa de la amputación del dedo gordo del pie. No apoyaba bien en la zancada y eso hacía que me lesionara muy a menudo.
El accidente fue un punto y aparte en tus aspiraciones deportivas. ¿Cómo tomaste este revés de la vida y qué aprendiste de él?
El 16 de diciembre de 1991, con tan solo 23 años, tuve ese accidente laboral. Trabajaba en la construcción y sufrí una descarga eléctrica de alta tensión. 15.000 voltios recorrieron todo mi cuerpo originándome quemaduras en gran parte de él y dejándome graves secuelas. Estuve casi tres meses hospitalizado en la unidad de quemados del Hospital de La Paz en Madrid y me intervinieron quirúrgicamente y de forma grave hasta en seis ocasiones. El resultado fue la amputación de 1/3 medio en ambas manos y del primer dedo del pie derecho, amén de las quemaduras graves que por casi afectan a órganos vitales.
A pesar de este gran susto, no me vine abajo porque he aprendido a convivir con mi discapacidad, gracias al apoyo constante de mi familia de la que disfruto enormemente, y porque me hizo encontrarme cara a cara con el ciclismo paralímpico.
¿Por qué elegiste el ciclismo paralímpico como disciplina deportiva a practicar?
Fue en 1994. Consideraba que montar en bicicleta iba a ser algo fácil para mí. El primer escollo fue poner los frenos y adapté un sistema que me permitió ir con total seguridad, con lo que empecé a realizar mis primeras salidas. En 1998 descubro la modalidad del ciclismo adaptado y decidí empezar a prepararme para participar en los Nacionales porque siempre pensaba en retarme. Y conseguí acudir a muchas carreras, de hecho hasta 2002 estuve participando en ellas, pero como sólo teníamos la posibilidad de correr un fin de semana al año decidí dejarlo.
Seguí practicando el ciclismo como hobby, y en 2017 me entero que van a celebrar una prueba de ciclismo adaptado de la Copa de España en Tomelloso y que me han elegido a mí para representar a mi pueblo en lo que iba a ser la primera prueba del calendario de ese año. Y esa fue la primera de muchas, la que me cautivó, la que hizo que participara desde entonces hasta ahora en todas las pruebas de la Copa de España y de los Campeonatos de España. E incluso dos años me he atrevido en los Campeonatos de España de ciclismo paralímpico en pista y en dos pruebas de la Copa de Europa de ciclismo adaptado. La última fue este mismo año en Cáceres y Casar de Cáceres donde hice terceros puestos en contrarreloj y carrera en línea.
Desde que empezaste hasta ahora, ¿cómo ha evolucionado esta práctica deportiva?
Muchísimo. Lo primero por el número de pruebas, pues si bien a últimos de la década de los 90 no teníamos apenas calendario de competiciones, ahora hay un amplio abanico a nivel nacional, europeo, mundial e incluso de Juegos Paralímpicos. Y lo segundo a nivel de material deportivo, con unas bicicletas más aerodinámicas elaboradas en carbono, con cambios de velocidades electrónicos, y frenos de disco muy seguros para una práctica apta en cualquier circunstancia y climatología. Todo ha ido dirigido a una mayor comodidad y seguridad sobre las dos ruedas.
Un esfuerzo que ha merecido la pena y ha tenido su reflejo en los éxitos logrados. ¿Cuáles son los más destacados?
A nivel deportivo, la mayor satisfacción ha sido conseguir en seis ocasiones la medalla de bronce en los Campeonatos de España, tanto en las pruebas de contrarreloj, como en línea y en pista, con dos metales en cada una de ellas; así como ser cuatro años campeón de la Copa de España en 2017, 2018, 2019 y 2021.
A nivel emocional, el mayor éxito lo vivía a principios de junio de este año con la celebración de un reto solidario a beneficio de AFAS, una asociación de personas con discapacidad de Tomelloso. Una gesta que consistió en recorrer 270 kilómetros con un desnivel positivo de casi dos mil metros, dando tres vueltas a la denominada Vuelta al Rincón. Me acompañaron numerosos ciclistas de mi pueblo y de otras localidades, y con la recaudación ayudamos en la adquisición de una grúa bipedestadora para los chicos del centro. Además fue una cita con la que dar visibilidad a la discapacidad y con la que apostar por una sociedad inclusiva.
Este año te conviertes en el Abanderado de DeXTí, la Feria del Deporte y de la Salud, que apuesta por las capacidades diferentes. ¿Cómo afrontas este papel?
Fue un nombramiento que me pilló totalmente por sorpresa, pero que acepto totalmente encantado y con mucha ilusión y emoción. El promover todo tipo de iniciativas que busquen la visibilidad de las capacidades diferentes es de loar por lo que me parece muy acertado este nuevo enfoque de la Feria. Todos podemos hacer deportes de una manera o de otra, desde los más pequeños hasta los mayores, y también las personas con capacidades diferentes entre los que me incluyo. El deporte es salud tanto física como mental, y personalmente a mí me ha ayudado muchísimo porque ha hecho que me supere día a día.