La tos es un mecanismo de defensa de nuestro organismo con el que se pretende mantener las vías respiratorias limpias de cuerpos extraños o secreciones. Puede aparecer como un reflejo, por ejemplo cuando nos atragantamos, o podemos forzarla nosotros mismos.
Tos productiva y tos seca o improductiva
En la oficina de farmacia tendemos a clasificarla sobre todo en dos tipos: tos productiva y tos seca o improductiva. Es muy importante que sepamos diferenciarlas bien, ya que su abordaje y tratamiento va a ser muy diferente.
La tos productiva es aquella en la que junto con la tos se produce la expectoración de mucosidad. La causa puede ser un resfriado, gripe, bronquitis, neumonía… En cambio en la tos no productiva o seca no aparece mucosidad asociada, es más irritativa y será consecuencia de cuadros como el asma, faringitis y alergia, entre otros.
En la oficina de farmacia no disponemos de armas para diagnosticar enfermedades (para eso están los médicos), pero sí tenemos conocimiento y experiencia para tratar determinados cuadros leves y no colapsar así el sistema sanitario. Lo primero cuando un paciente viene a la farmacia y nos dice que tiene tos es descartar signos de alarma que nos van a hacer pensar en un cuadro más severo y una posible derivación al médico.
Signos y síntomas
Los signos y síntomas de alarma que nos harán sospechar una patología más grave y en cuyo caso derivaremos al médico sin dispensar ningún medicamento en la farmacia serían los siguientes:
– Tos que no desparece después de 6 días.
– Tos que cursa con expulsión de sangre por la boca.
– Tos que aparece acompañada de dolor torácico o dificultad para respirar.
– Tos acompañada de fiebre.
– Cuando es un bebé el que sufre la tos.
Una vez descartados estos signos de alarma, la actitud será la siguiente:
– En caso de tos productiva no intentaremos cortarla bajo ningún concepto. La tos es imprescindible para la expulsión de la mucosidad asociada y si la cortamos podemos crear un problema peor, como por ejemplo, una neumonía. En este caso dispensaremos medicamentos que ayuden a expulsar la mucosidad y la fluidifiquen, como expectorantes o mucolíticos, como puede ser la acetilcisteína.
– En el caso de la tos seca usaremos medicamentos cuando ésta sea muy molesta o no nos deje conciliar el sueño por la noche. Podremos dispensar medicamentos antitusivos, como, por ejemplo, el dextrometorfano.
Laura Quintana Tirado
Farmacéutica Comunitaria
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real