Spiderman intentaba escapar desde su caja a las alturas de las nubes, y las Monster High se reían con Anna Purpurina de las Andys dos colas, por sus gordos mofletes. Mientras que un Meccano 4×4 se escapaban dos Power Ranger al campamento indio de Playmovil. Los niños de la casa de enfrente se asomaban pegando sus caritas al cristal del balcón, tenían en sus miradas bosques de sombras por si a causa de la lluvia los tres reyes de oriente no podían llegar. Hacía frío en la calle y por eso los niños volvieron a pintar en la pizarra una estrella con ojos y boca de rana, y una cola muy larga que llegaba a tocar a la luna con cara de plátano arrugado. Dejó de caer agua y el viento se fue al templo de los montes a respirar paz con el tomillo y el romero, y sin prisa y con pausa, se sacudió la lluvia, y se sentó en el poche de una antigua alquería a esperar a los tres reyes que esperaban los niños.
Los años no han podido llevarse los regalos que me dejaron los tres reyes de oriente, y así en esta noche mágica todavía los veo columbrado caminos en el albero alto de la luna de enero. Y escribo mi carta con mi mano temblando, por si no he sido buena y en vez de mis regalos se olvidan de mi carta, y al pasar no se detienen en casa dejándome sin nada.
En la bandeja de la entrada, los niños han dejado rosquillas, caramelos y leche calentita con azúcar, una pizca de canela y mistela para un refrigerio de los cansados reyes. Y yo una larga bufanda, tejida con los siete colores del arco iris, para que al regreso, en las noches tan frías del desierto, se cobijen con ella junto a los agotados camellos. Con mis labios de cereza, yo beso mis recuerdos, y pido muy quedo, como si fuera mi voz brisa en vez de viento, que me dejen amor y libertad, equidad y tesón para seguir en pie, a pesar de los años, como los viejos árboles que sufren la embestida del viento, y aunque se desgajan sus ramas, ellos permanecen en pie, a pesar de la fuerza del viento. Por eso les escribo, para que otros vientos agrios no me dejen tristeza en las noches de enero…