El lunes, era 16 de marzo y ese mismo día finalizaba el plazo para que el Ayuntamiento justificara ante el Ministerio de Hacienda lo invertido en la obra del Ferial.
Al finalizar la jornada del lunes, sólo podíamos ver cómo una pequeña parte de la valla, que llevaba puesta más de tres meses, había sido desplazada unos metros.
No se si tendrá mucho valor ese trabajo, pero ni siquiera eso podrá justificar el Ayuntamiento de esa subvención de cinco millones y medio (casi diez mil millones de pesetas) que habíamos conseguido los socialistas.
Es muy triste, es cabreante que hayamos perdido diez mil millones de pesetas (cinco millones y medio de euros) porque Ortega y Montealegre y todos sus compañeros hayan sido unos perfectos incompetentes. Al parecer, y según el dúo Ortega y Montealegre, van a hacer la obra o una parte o no sabemos muy bien qué, pero lo cierto es que al día siguiente había una excavadora moviendo tierras y en eso están.
A todos los alzacareños hay que decirles que cada euro que se invierta ahora en el Ferial saldrá sólo y exclusivamente de nuestros bolsillos. La subvención perdida significaba que de cada 100 euros invertidos, 80 los aportaba la Unión Europea. Ahora los 100 euros los pagamos integramente los alcazareños.
Aún así, Ortega y Montealegre siguen con la obra. Sabiendo que no podrán acabarla antes de las elecciones y la dejarán a medias; sabiendo que van a gastar lo que les quede del dinero que han sacado por la ilegal venta de Aguas.
Además no van a arreglar el Ferial, van a intentar hacer un aparcamiento en el solar de las antiguas casas de Hermanos Laguna (precisamente en el lugar de Alcázar donde hay menos problemas de aparcamiento).
Unos gobernantes que son capaces de perder 5,5 millones de euros, que además dejan la empresa de Aguas endeudada hasta las cejas con una adjudicación ilegal (por ahora solo hay una sentencia pero esperamos más), y que encima siguen gastando lo que no tienen y no les pertenece (la venta de Aguas es ilegal. Habrá que devolver el dinero y ellos siguen gastando sin control) no merecen el nombre de «gobernantes» ni de ser tenidos como tales.
Ciertamente están tan cerca las elecciones que rendir cuentas ante los ciudadanos va a ser de inmediato, lo que ocurre es que los daños por sus irresponsabilidades van a perdurar en el tiempo y entonces hablaremos de «responsabilidades».
Ya no les pedimos la dimisión por tanto daño y perjuicio hecho, lo que les agradecemos es que nos permitan decirles con nuestro voto lo que pensamos de su gestión.