El pasado fin de semana, 10 y 11 de agosto, en el Viso del Marqués y en las XXXV Jornadas teatrales «Cueva de Cervantes» de Argamasilla de Alba
Primer Acto Teatro de Argamasilla de Alba, estrenó su última propuesta teatral: «Ñaque o de piojos y Actores» de José Sanchís Sinisterra, el pasado viernes 10 de agosto en la localidad de Viso del Marqués y un día después en las XXXV Jornadas teatrales «Cueva de Cervantes» de Argamasilla de Alba.
Este es el texto elegido por la veterana compañía de teatro para continuar su andadura, manteniendo así su compromiso de acercar el teatro a su público, ofreciendo diversidad, conocimiento y compromiso.
Dos pícaras: Ángeles Jiménez en el papel de Ríos y Mª Eugenia Moya como Solano; que de la mano de Javier Mogán, director, juegan al meta-teatro de Sanchís. Con destreza, saber hacer y tablas, las actrices logran que el espectador empatice con la picaresca, la necesidad, la vulnerabilidad del actor, la importancia del texto sin adorno y la escucha activa del público.
Ñaque se inicia con un diálogo con los espectadores, desde el primer momento en el que se le interpela: “¿por qué están aquí….? en el teatro”, al mismo tiempo que se pone de manifiesto la soledad del actor, sus miedos y sus necesidades, sus motivaciones y el valor de la actuación sin artificio, invenciones o novedades.
Un público al que se le incita a un intercambio de papeles, a pasar de la mera escucha a la acción, momento en el que las actrices asumen la posición de mirar y escuchar y esperan a que el público interprete; unos segundos en los que los espectadores experimentan el miedo al vacío y ponen en valor el trabajo del actor.
Con esta puesta en escena, Primer Acto da una vuelta de tuerca a la obra, interpretada por dos mujeres, hecho imposible en su época, al mismo tiempo que ilustra a los asistentes en los diferentes tipos de representantes de la época, así como maneras de las representaciones: un poco de un auto, un entremés, recitan unas loas y algún romance.
Ñaque, dos actrices de Primer Acto Teatro, que no llevan sino una barba de zamarro, tocan el tamborino y cobran a ochavo.