Argamasilla de Alba vivió una noche de profunda emoción el pasado domingo 24, durante el XIII Festival Nacional de Zarzuela «Villa del Alba» que tuvo lugar en el Auditorio de Verano. Este evento, originalmente programado para el 4 de septiembre como parte de las Ferias y Fiestas locales, tuvo que ser aplazado debido al trágico accidente de tráfico que se llevó la vida de Laura Díaz Rodríguez, una joven que había participado activamente en ediciones anteriores de este festival, y cuya madre y hermano tenían previsto hacerlo en esta edición.
Este año Villa del Alba presentó una interpretación excepcional de la zarzuela «La Gran Vía», una obra original e innovadora que, a pesar de su complejidad, logró cautivar y deleitar al numeroso público asistente. Entre los espectadores se encontraba una nutrida representación de la Corporación Municipal, quienes compartieron el profundo sentimiento de homenaje de Villa del Alba.
El Festival Nacional de Zarzuela «Villa del Alba» se ha convertido en una tradición arraigada en Argamasilla de Alba, atrayendo tanto a vecinos y vecinas de la localidad como a muchos otros provenientes de localidades cercanas.
Montar un espectáculo como una zarzuela, donde se combina la representación teatral con la musical, es siempre un desafío. Y este desafío se vuelve aún más complejo cuando participan cerca de 40 personas, desde niños hasta adultos mayores, todos ellos aficionados, y hay que tener enc cuenta que muchos de ellos solo se suben al escenario una vez al año como parte de esta representación. A esto se suman 13 músicos de la Orquesta de Cámara de la Comunidad de Madrid, lo que agrega un nivel de complejidad y excelencia a la producción, además de resaltar y poner en valor el gran trabajo de la directora teatral, Pilar Serrano de Menchén; del director musical, Antonio Javier Rodrigo Rodrigo, y la directora de baile, Rosa Mercedes Martínez Castro.
«La Gran Vía», zarzuela que vio la luz por primera vez en el año 1886, se enmarca en el género de la revista de actualidades, caracterizado por su enfoque satírico y burlesco sobre las preocupaciones sociales y políticas de la época. Su argumento es uno de los más complejos representados en el festival, ya que contiene numerosas referencias a la vida cotidiana y al contexto socio-político de su época, asimismo, destacar que son las calles y los monumentos los que hablan en esta representación, obligando al espectador a realizar un esfuerzo para entender la obra, una problemática que fue muy bien resuelta por la directora, los actores y actrices.
Esta zarzuela se inspiró en el proyecto de creación de la Gran Vía de Madrid, que en 1886 era solo un plan sin concretarse. La Gran Vía, tal como la conocemos hoy en día, no se inauguraría hasta la década de 1920. Sin embargo, los desacuerdos y las críticas hacia este proyecto por parte de los madrileños sirvieron como base para que los compositores Checa y Valverde crearan esta obra, burlándose además de la política y los valores sociales establecidos en la sociedad de la época.
En el primer cuadro de la zarzuela, las calles y los barrios de Madrid cobran vida, esperando el nacimiento de la Gran Vía. Las calles, en lugar de ser meros escenarios, se convierten en personajes que expresan su descontento por la falta de atención gubernamental y las rivalidades entre ellas.
La sátira continúa cuando se presenta una discusión entre Doña Virtudes, representante de los valores conservadores, y la Menegilda, que simboliza ideas más progresistas. Esta escena refleja la lucha social y el marcado clasismo de la época.
La obra también critica la seguridad en Madrid a través de la jota de los Ratas, donde los ladrones relatan sus artimañas para robar y evitar la cárcel. Este número fue tan provocador que fue censurado durante la dictadura franquista.
La zarzuela culmina con un elegante baile público que captura la esencia de la cultura madrileña de la época, destacando las normas de comportamiento y vestimenta en sociedad.
Homenaje en recuerdo de la “estrella de los tejados”, Laura Díaz Rodríguez
Pilar Serrano, en representación de la Coral Polifónica «Cervantina» de Argamasilla de Alba, evocó la figura de Laura como alguien que observaba el mundo desde una perspectiva generosa, “como si mirara el cielo con admiración”. Esta visión celestial de Laura se convierte en el símbolo de la luz y el cariño que brindaba a quienes la rodeaban.
Pilar destacó la importancia de la familia y los seres queridos en la vida de Laura al mencionar a su madre, su padre y hermanos: Ana, Antonio, Carlos y Javier; y cómo Laura eligió compartir su vida con Cristian, quien se convirtió en una parte fundamental de su historia, pero también abuelos, amigos y personas que compartieron momentos significativos con Laura.
Pilar enfatizó la idea de que Laura sigue presente en sus corazones: “Laura alumbra nuestra vida con lluvia de cariño y paz, en lo hondo tenemos la esperanza de su continua sonrisa y su musical dulzura, el laurel de Laura amparando el dolor para amarnos desde la estrella más limpia del firmamento, donde vive su concordia y su entrega, su nombre y su cariño (…) Ahora desde su aurora nos abraza con lo puro, su dimensión es la que aureola su dulzura con su bella voz”.
Serrano finalizó con el deseo de que la luz de Laura continúe guiándolos en su camino, siendo un faro que ilumina sus vidas con cariño y paz.
Amigas de Laura Díaz
“La más bonita que ninguna, ponía a la peña de pie, con más noches que la luna, estaba todo bien”, con estos versos del tema ‘Lady Madrid’ de Pereza, comenzaron su intervención tres de las muchas amigas que Laura atesoró, “no hemos encontrado una frase mejor que te defina”. Así expresaron su amor y gratitud por su constante presencia en sus vidas y por su apoyo siempre incondicional. Destacaron la importancia de los recuerdos compartidos y cómo, incluso en la distancia, Laura sigue sintiéndose cercana.
Las amigas reflexionaron sobre cómo a veces no valoraron lo suficiente los momentos que compartieron con Laura y cómo ella registraba esos momentos incluso en los lugares más inesperados, como cuando iban al baño. Se dieron cuenta de la importancia de estos recuerdos ahora que Laura ya no está: «Desgraciadamente no lo habíamos valorado hasta este momento.»
Laura fue descrita como un refugio en tiempos de tormenta, alguien que estaba dispuesta a cuidar a los demás como un paraguas que se mojaría para proteger a los demás de la lluvia. La metáfora de Laura como faro continuó en sus palabras, resaltando su importancia en sus vidas: «Por haberte convertido en nuestro faro, así de fuerte brillabas y así de fuerte brillarás.»
Sus amigas también destacaron la habilidad de Laura para encontrar belleza en los momentos más sencillos, su amor por los detalles cotidianos y su capacidad para apreciar la belleza en ellos dejaron una impresión duradera en sus amigas: «Tú eras feliz viendo un atardecer, tomando una cerveza en un bar, acariciando un perro que veías por la calle o haciendo una foto a una flor solitaria en el campo.»
La intervención culminó con un compromiso de mantener viva la memoria de Laura y vivir en su honor. Aunque sienten su ausencia, las amigas reconocen que Laura sigue formando parte de sus vidas y prometen recordarla con alegría y gratitud. “Nuestra estrella de los tejados seguirá guiando siempre nuestros caminos. Te queremos Laura”.
Carlos y Javier, hermanos de Laura
Por su parte, los hermanos de Laura Díaz, Carlos y Javier, compartieron sus recuerdos y sentimientos hacia su amada hermana. El hermano mayor de Laura, Carlos, trajo a su memoria recuerdos especiales de su infancia y adolescencia junto a su hermana, describiéndola como la primera y más fuerte luz de su familia. Destacó su papel en la escuela y en la formación de amistades que durarían toda la vida, así como su valentía y perseverancia al superar obstáculos académicos que la llevaron a la universidad y a la carrera de Trabajo Social en Granada. A pesar de los desafíos que la pandemia trajo a la familia, Carlos guarda recuerdos preciosos de ese tiempo juntos.
Carlos también resaltó cómo Laura influía en la vida de los demás corrigiendo acciones y comportamientos, y la describió como una persona buena, solidaria, cariñosa, sencilla, alegre y con un fuerte sentido de la justicia, “vivió auténticamente y dejó una huella en cada paso que dio”.
El hermano menor, Javier, lamentó no poder disfrutar de más momentos juntos. Expresó la dificultad de asimilar la ausencia de Laura y cómo todavía sienten que podría regresar en cualquier momento, encontrando fuerzas en su recuerdo y en las señales que Laura les envía.
Javier habló de los momentos cotidianos compartidos, desde cenas familiares hasta juegos y conversaciones, expresando su deseo de haber vivido más momentos junto a su hermana y cómo le hubiera gustado verla feliz en diferentes etapas de su vida.
Ambos hermanos trasladaron un mensaje de dolor por la pérdida de Laura, pero también de compromiso de mantener su recuerdo vivo y de seguir adelante en su honor.
Este homenaje dejó claro que Laura Díaz seguirá siendo una fuente de inspiración y cariño, su memoria perdurará en el corazón de sus familiares, amigos y de todos los que la conocieron.