El pasado sábado, Herencia CF vencía por 2-0 al Atlético Puertollano y hacía estallar de alegría a todos los aficionados que poblaban las gradas del Municipal Fernández de la Puebla, quienes acababan de ver como su equipo confirmaba el ascenso a Preferente a falta de tres jornadas para la conclusión de la fase regular de Liga y tras una temporada brillante.
En www.manchainformacion.com hemos hablado con David Romero, entrenador del Herencia, y con José Carlos, su capitán.
“Ha sido una temporada para enmarcar. Después de la temporada pasada, que fue un tanto complicada en cuanto a resultados se refiere porque el trabajo del grupo fue muy bueno, el equipo ha sabido dar un paso al frente y demostrar que los proyectos requieren de un tiempo y hemos podido conseguir el objetivo”, señala David Romero, quien además se deshace en elogios y agradecimientos hacia todas las personas que han ayudado a cumplir este sueño:
“Me gustaría hacer mención a la directiva y al cuerpo técnico por su trabajo y su confianza depositada en mí. A la afición, los que siempre han estado al pie del cañón, aun cuando las cosas no salían como nos hubiese gustado. El día del ascenso en casa, el ambiente que se creó fue espectacular, un pueblo empujando hacia un objetivo común. Y a los principales protagonistas, los jugadores. Darles las gracias públicamente por el trabajo, el esfuerzo, el compromiso y el tener siempre presente que los objetivos de un grupo están siempre por encima de lo individual. Lo han demostrado siendo un grupo de amigos, siendo una familia”.
Por último, el míster del Herencia CF afirma que no bajan la guardia todavía: “Ahora nos queda terminar la temporada de la mejor manera posible, quedan jornadas en juego y, aunque el objetivo está conseguido, seguiremos compitiendo hasta el final”.
En su caso, José Carlos hace hincapié en los sentimientos tan positivos que ha experimentado el vestuario después de conseguir tal gesta:
“El equipo lo ha vivido con mucha ilusión y alegría. Era un objetivo que todos teníamos en nuestra mente y lograrlo te hace sentir así.
A esto hay que sumarle que se consiguió en ese último partido frente al segundo clasificado, en casa, con gradas llenas, la presencia de familiares y amigos… Fue mágico y sirvió para plasmar lo que todos los jugadores sentíamos: un nexo muy fuerte entre todos que nos empujaba en los momentos de dificultad.