El ser humano ha trabajado desde tiempos inmemoriales en la manera de controlar la temperatura de los espacios en los que vive. Así, desde que se descubrió el fuego y se inventó la ropa, se ha ido haciendo cada vez más sofisticada, y progresivamente más compleja, hasta llegar a nuestros días.
Así, existen actualmente muchas maneras de modificar la temperatura para crear entornos en los que nos sintamos cómodos en lugares interiores, protegiéndonos del calor en verano y del frío en invierno. Entre ellos, los que más éxito tienen hoy en día son la aerotermia y el suelo radiante, ya que ambas se consideran energías renovables y eco-sostenibles.
Este último es el que ha surgido hace menos tiempo y se está convirtiendo poco a poco en el sistema de climatización más popular en la mayoría de los hogares por sus múltiples ventajas. Pero ¿el suelo radiante se puede combinar en un mismo espacio con la aerotermia? Para ello debemos de ver en qué consiste y cómo funciona cada uno de los dos métodos de climatización.
El suelo radiante
Como nos explica Tsclima, el suelo radiante es uno de los sistemas más innovadores de climatización y que busca la máxima eficiencia en cuanto al consumo eléctrico. Por ello, se considera bastante más ecológico que el resto de las alternativas, además de repercutir notablemente en la factura de la luz.
Así pues, este sistema se caracteriza por repartir el calor o el frío de manera uniforme a través de todo el suelo. Por eso, todas las habitaciones de la vivienda conservan la misma temperatura independientemente de la orientación o distribución de las habitaciones o si les da más o menos la luz del sol.
Su instalación tiene la particularidad de realizarse debajo del suelo. Se instalan unos tubos por los que, en su interior se hace circular agua u otro fluido que sirva para transmitir el calor o el frío. Estos tubos forman una especie de circuito por los que fluye el líquido a través impulsado por unos generadores mediante un sistema de envío y retorno circular.
El suelo se llena prácticamente al completo de este sistema de tubos y luego se recubren de una placa de mortero que cumple la función de almacenar y transmitir el calor que estos generan al resto del suelo. Por ello, la distribución de la temperatura es prácticamente homogénea a lo largo y ancho de toda la superficie del suelo, por lo que es ideal para usarse tanto en verano como en invierno.
Sin embargo, el principal inconveniente que presenta el suelo radiante es que se tiene que instalar bajo el suelo. Esto obliga a realizar una obra para levantar todas las baldosas del suelo. Por ello, mucha gente se echa atrás cuando piensa en instalarlo. Sin embargo en Tsclima nos recomiendan hacerlo mientras tiene lugar la reforma de la vivienda.
La aerotermia
La aerotermia, por su parte, es un tipo de energía renovable y eco-sostenible. Esta, permite extraer energía del aire que existe en el exterior mediante una bomba de calor reversible. La instalación de aerotermia se debe realizar necesariamente en el exterior de la vivienda, ya que el aparato debe captar el aire y hacerlo circular a través de un circuito que contiene un líquido refrigerante, que suele ser agua.
Este líquido actúa enfriando el aire que ha captado la propia bomba de calor reversible que acabamos de nombrar. De esta manera, este líquido se transmite ya refrigerado por todo el sistema de climatización de la vivienda, como pueden ser los radiadores o el suelo radiante.
Este sistema también se suele instalar frecuentemente en la mayoría de las instalaciones de aire acondicionado. Por ello, suele tener dos unidades: una en el exterior (en el balcón o en la fachada) y otra en el interior. Por eso, es conveniente tener en cuenta que debes tener espacio suficiente para poder instalarlo.
Su instalación es bastante sencilla, rápida y bastante menos costosa económicamente que la del suelo radiante. Además, al obtener la energía del aire exterior, realiza un ahorro energético bastante importante, repercutiendo en un menor coste económico en la factura de la luz. Además, la aerotermia se puede utilizar para producir calor o frío en verano y en invierno.
¿El suelo radiante y la aerotermia se pueden combinar?
Aunque la tendencia últimamente dice que el suelo radiante está de moda, lo cierto es que se puede combinar perfectamente con la aerotermia. No sólo son compatibles, sino que, unidos funcionan de maravilla, proporcionando diversas ventajas.
Por ejemplo, trabajando juntos se consigue un nivel de confort térmico con una eficiencia energética que no se puede conseguir con ninguno de los dos por separado. Por ello, proporcionan un gran ahorro en la factura de la luz.
Así, el calor o el frío se distribuyen de manera homogénea absolutamente en todas las zonas de la vivienda y proporciona una temperatura adecuada para el bienestar que proporciona un confort sin precedentes.
Por ello, el suelo radiante, si se conecta a una bomba de calor aerotérmica permite lograr la temperatura deseada sin producir un gasto energético significativo y sin repercutir en la factura de la luz durante las temporadas de frío o de calor extremo.
Si lo comparamos con la temperatura de los sistemas de radiadores, veremos la diferencia, ya que mientras el suelo radiante lleva agua por sus tuberías a una temperatura de entre 35ºC y 45ºC, un radiador convencional lo haría entre 70ºC y 90ºC para lograr la misma temperatura.
Por ello, no solo son compatibles, sino que se deben combinar si quieres lograr un nivel de bienestar jamás visto en los hogares hasta ahora, por lo que desde Tsclima nos lo recomiendan sin rodeos. Por ello, se recomienda realizar la instalación de suelo radiante mientras tiene lugar la reforma del hogar. De esta manera no deberemos estropear las baldosas ni tener que comprar ni realizar reformas extra y podremos amortizar la instalación en menos de 8 años debido al ahorro que supone a la larga, especialmente si se combina con la aerotermia.