Que las familias españolas no ahorran tanto como sería recomendable, es un hecho bien conocido que incluso el Ministerio de Economía ha advertido en varias ocasiones, a pesar de que para fomentar los datos macroeconómicos ellos estarían más interesados en aumentar el consumo de las familias que en incrementar el ahorro.
También se nota en la popularidad de los créditos con ASNEF que siguen teniendo una gran demanda en el mercado, entre otras cosas porque hay muchas personas que no tienen un remanente ahorrado para cuando surgen imprevistos. Pero ahorrar es más fácil de decir que de hacer. ¿Cómo puede conseguirse?
Lógicamente nuestra capacidad de ahorro viene marcada directamente por nuestros ingresos. Si estos son escasos, por muchos esfuerzos que hagamos, poco podremos ahorrar. Pero sea como sea y cada uno dentro de sus posibilidades, siguiendo estos consejos se pueden mejorar las cifras de ahorro de la mayoría de las familias.
1. Ahorra primero
Destina una pequeña cantidad al ahorro y hazlo separándola del dinero que puedes gastar. ¿Cómo? Con una cuenta bancaria independiente, de modo que le hagas una transferencia nada más obtener tus ingresos y antes de empezar a gastar.
2. Presupuesta los gastos
Para ahorrar es importante ser consciente de en qué se gasta, así que categoriza tus gatos: ocio, comida, transporte, ropa, etc. calcula cuánto sueles gastar en cada categoría y define en cuáles de ellas puedes reducir las salidas de dinero. Hay un método efectivo, aunque en ocasiones pueda ser algo engorroso, que consiste en tener varios sobres, uno para cada tipo de gasto, de modo que a principio de mes pones el dinero destinado a esa categoría y no te permitas coger dinero de un sobre que no sea de la categoría correspondiente. Si esto es demasiado, puedes probar a hacerlo sólo con el sobre del ocio, que normalmente es en la categoría que más fácilmente se puede dejar de gastar una vez que se acaba el dinero.
3. Evita las suscripciones
Los gastos fijos son tu gran enemigo. Así que tan pronto como detectes una suscripción que no usas: televisión en streaming, libros, revistas, etc; date de baja.
4. Revisa tus proveedores
Desde la electricidad hasta tu supermercado habitual, normalmente la comodidad está reñida con el ahorro. Si te tomas la molestia de mirar un poco los precios, verás que puedes ahorrar en seguros, electricidad, telefonía, internet y, por supuesto, la compra diaria.
5. Aprovecha las ofertas
Aprovechar las ofertas no quiere decir comprar siempre lo que esté en oferta, pero sí que hay que estar atento y no tener miedo a cambiar de marca cuando la calidad es similar y una marca nos ofrece una buena oportunidad.
Las ofertas temporales de supermercados y otros establecimientos del estilo día sin IVA, son especialmente interesantes para hacerte con productos no perecederos y cuyo IVA es del 21 %. No tiene sentido que compres kilos y kilos de filetes, porque se acabarán poniendo malos, pero el detergente, suavizante y otros productos de limpieza con un 21 % de descuento, se pueden acumular fácilmente en cualquier casa ya que no ocupan mucho espacio.