El Convento de Nuestra Señora de los Dolores Franciscanos fue el escenario de la inauguración del XXVIII Festival Internacional de Música de La Mancha. Al acto asistieron la Vicepresidenta 2ª del Área de Educación, Cultura, Igualdad y Bienestar Social de la Excma. Diputación Provincial de Toledo, Ana María Gómez Diego; el Excelentísimo Alcalde de Quintanar de la Orden, Juan Carlos Navalón López Brea; el Delegado Provincial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Toledo, Francisco Javier Úbeda Nieto y el Concejal de Educación, Cultura y Personal, José Ángel Escudero Jiménez.
Tras el acto de presentación llevado a cabo por la directora, Consuelo Díez, y el alcalde, Juan Carlos Navalón, tuvo lugar el concierto de La Lira Nocturna, un dúo castellanomanchego de guitarras clásico románticas, que interpretó obras de autores desde el barroco tardío hasta los orígenes del romanticismo. El concierto tuvo una calurosa acogida por parte del numeroso público asistente y una sensación generalizada de que el Festival ha comenzado con el elevado nivel que concluyó el de la edición anterior.
La orquesta de viento y la música con motivos cristianos
El domingo 10 de julio a las 21:30 horas –en la parroquia de Santiago de la Espada de Quintanar de la Orden— tendrá lugar el segundo concierto del Festival. Con el título de “La orquesta de viento y la música con motivos cristianos”, la banda sinfónica de Quintanar de la Orden, bajo la dirección de Sebastián Heras, se adentrará en el repertorio religioso contemporáneo, con dos partituras trascendentes y de una importante carga emotiva: “Symphony nº 1, The Archangels” del italiano Franco Cesarini y el poema sinfónico “Gloriosa”, de Yasuhide Ito. La primera de las partituras es una visión personal del compositor de las figuras bíblicas de los arcángeles. El autor incorpora a la partitura distintos himnos gregorianos que, pasados por el prisma de la orquestación y armonización actuales, le llevan a desarrollar una obra maestra de gran fuerza dramática y, al mismo tiempo, de innegable belleza, serenidad y elegancia. La segunda obra es un canto de homenaje a los cristianos perseguidos en Japón a partir de ser considerados proscritos en 1612. Una música de lucha y esperanza.