Dentro de las Procesiones de la Semana Santa de Quintanar de la Orden, la noche del viernes tenía lugar la Procesión del Silencio. Se trata de una de las procesiones más respetuosas que narra cronológicamente los momentos que vivió Jesucristo desde su crucifixión hasta su muerte y su entierro en el sepulcro.
En las calles de Quintanar se respiraba el espíritu cofrade, el fervor y la devoción de un pueblo que vive de lleno su Semana Santa.
Las Cofradías, con sus respectivos pasos procesionales mostraban los momentos más significativos de los últimos momentos de la vida de Jesús. Así, abría la procesión la Cofradía de las Siete Palabras con su paso de Jesús Crucificado en el Monte Calvario junto a dos ladrones; le seguía el paso de la Santa Mujer Verónica mostrando a todos el pañuelo con el que limpió a Jesús y donde quedó grabado su rostro. La Cofradía del Cristo de la Humildad procesionaba con “La Lanzada”, el paso que muestra el momento en que un soldado atraviesa el costado de Jesús con su lanza; y le seguía en procesión la imagen del Cristo de Gracia, patrón de la localidad, fiel reflejo de Cristo muerto en la Cruz. Uno de los pasos más llamativos y el de mayores dimensiones es el del Santo Descendimiento al que le siguen las Tres Marías y el paso de Santa Marta. La imagen de la Virgen de las Angustias que representa el momento en que María recoge a su hijo ya muerto entre sus brazos, precedía a la figura de San Juan y al Santo Sepulcro, portado con profundo respeto y custodiado por la Guardia Civil. Cerrando la procesión la Virgen de la Soledad junto con las autoridades locales, civiles y religiosas, así como el presidente de la Junta de Cofradías y el párroco de la localidad, Don José Antonio Escobar.
La nota musical la ponían, como en cada procesión, las Bandas de Cornetas y Tambores y Asociaciones Musicales de diversas Cofradías, así como la Banda Sinfónica Municipal dirigida por Sebastián Heras que cerraba todo el cortejo procesional.