Cargando...Fue un pregón muy marcado por su experiencia como fundador de Mensajeros de la Paz, asociación que lleva cincuenta años trabajando por todo el mundo en programas sociales, de cooperación al desarrollo, de asistencia social y de ayuda humanitaria. Por ello, comenzó recordando a todos los niños que sufren y que son para él “‘niños Jesuses’ rotos y de carne y hueso, como el que ahora va a nacer”.
El padre Ángel se confesó “emocionado” por estar en Alcázar y “contento por venir a hablar del Niño que nace”. Asimismo, valoró a las gentes de los pueblos como personas comprometidas por conservar su cultura. “Felicidades a los que continuáis en el pueblo y lo queréis por vuestro compromiso; pero también a los que se fueron y siguen amándolo. Yo también sé lo que es estar fuera de casa”. En este sentido, se acordó de los que vuelven a sus raíces en Navidad para abrazar a los seres queridos, aunque también es una época para acercarse incluso a personas desconocidas. “La Navidad es poderosa y nos lleva a dar cariño a los más desfavorecidos, a los que pasan hambre, a los enfermos y a los que están solos, aunque no los conozcamos”.
El pregonero animó a todos los cristianos a alegrarse porque “Jesús viene a traer un mensaje de paz: amaos y quereos”, por lo que afirmó: “Malditos los que fomentan el mal entendimiento, los que no colaboran para que los niños se curen o puedan ir a la escuela, porque muchos están esclavos”. También señaló que hay que agradecer “los grandes ejemplos de solidaridad y entrega que nos encontramos. En Mensajeros de la Paz llevamos cincuenta años siendo testigos de la bondad y la solidaridad, que brillan más que la maldad”. Así, señaló que la grave crisis económica que padecemos no ha frenado la solidaridad, y puso como ejemplo el modo en que el mundo entero se volcó con determinadas tragedias, como el terremoto de Haití. “A la solidaridad no hay quien la pare; es una realidad tangible”, señaló el padre Ángel, que recordó a Vicente Ferrer cuando predicaba las buenas obras, “cuyo valor no desaparece nunca, sino que se multiplica”.
A lo largo de su pregón, hizo hincapié en un mensaje muy positivo al afirmar que “hay mucha gente buena en el mundo; nunca hubo tanta solidaridad para mejorar la vida de los más desfavorecidos y hoy el mundo es mejor que el de nuestros padres y abuelos porque nos duelen el hambre y las catástrofes”. El padre Ángel recordó en este punto la labor desinteresada de los cooperantes, que dejan su vida y sus comodidades para ayudar a los demás en cualquier rincón del mundo.
Por otra parte, mencionó a la Madre Teresa de Calcuta, a la que llegó a conocer y de la que destacó una frase que estaba escrita en un papel de su casa: “La vida es hermosa, es preciosa; hay que vivirla y disfrutarla, pero también compartirla”, a lo que el pregonero añadió: “Eso es lo que nos pide la Navidad, compartir”. Por ello, deseó “que 2012 sea el año del amor”.
Finalmente, el padre Ángel dedicó la parte final de su pregón a las personas mayores, especialmente a las que están solas y necesitan mucho cariño. “Fueron los artífices de la ilusión en las mañanas de Reyes y hoy están sin ilusión. La Madre Teresa de Calcuta decía que peor que las guerras y la enfermedad es la soledad; no podemos vivir sin cariño y sin tener a alguien a quien querer”. Así, deseó que los mayores se sientan queridos. “Yo creo en los Reyes Magos y les pido muchas llamadas de teléfono, muchas tardes de merienda y muchas visitas a las residencias, además de pensiones dignas y reconocimiento social”, concluyó.
SALUDO NAVIDEÑO DEL ALCALDE
Por su parte, Diego Ortega pronunció en este pregón su primer saludo navideño como alcalde de Alcázar de San Juan, aunque reconoció que “no es fácil hacerlo cuando tanta gente lo pasa mal y son víctimas de sociedades construidas sobre el egoísmo, la insolidaridad y la indiferencia; lo mismo que encontraron José y María en Belén y sólo les quedó un pobre pesebre”.
Ortega hizo especial mención a los parados y a “las familias que tienen miedo al futuro porque no pueden vivir el presente”. Para ellos quiso recordar el mensaje de esperanza que debe traernos la venida de Jesús en la Navidad y cuyos signos visibles se encuentran, por ejemplo, en la labor continua de Mensajeros de la Paz. “Acciones como las del padre Ángel deben servir de ayuda a todos para trabajar por un mundo más justo, humano y responsable durante todo el año”, afirmó el alcalde, quien también se acordó de otras organizaciones que también desarrollan una gran acción social, como Cáritas o Cruz Roja en el caso concreto de Alcázar.
Finalmente, Diego Ortega quiso convertir su saludo navideño en un saludo de esperanza y ánimo para los desempleados y para todos los que lo están pasando mal, así como para los enfermos que pasarán la Navidad en los hospitales.
El Pregón de Navidad, que fue presentado por Adolfo Varas, profesor del Colegio de la Santísima Trinidad, concluyó con la interpretación de diversos villancicos por parte del Coro de San Francisco, que mezcló piezas más conocidas, como “Adeste Fideles”, “Ay del Chiquirritín” o “La Marimorena”, con otras como el villancico alemán “El abeto” o el argentino “Huachito torito”.
