Recuperada hace cinco años por la Agrupación de Coros y Danzas “Mancha Verde”, con la colaboración del Ayuntamiento de Argamasilla de Alba (Ciudad Real), la fiesta del “Manteo del Pelele” es una celebración asociada al fin de la cuaresma, dando paso a un nuevo periodo vital sin las restricciones que imponen las tradiciones cristianas.
Esta fiesta, año a año está ganando seguidores entre los vecinos, turistas y visitantes que llegan desde otras localidades exclusivamente para verla y disfrutar del manteo y de los bailes folklóricos.
El alcalde, Pedro Ángel Jiménez, junto a centenares de espectadores, animados por Mancha Verde, participaron en la celebración cogiendo la manta y lanzando con todas sus fuerzas el pelele hacia las nubes mientras se cantaban unas coplillas o canciones populares, con cierta picaresca, compuestas para la ocasión.
Previo al manteo, la organización recogió los diferentes dulces, que tradicional y artesanalmente se hacen en las casas durante la Semana Santa, para el Concurso de Dulces Típicos, que paralelamente se celebra a esta fiesta y que al final saborearon todos los presentes.
Finalizado el acto, el alcalde y el presidente de Mancha Verde, Pablo Martín, hicieron entrega de unos recuerdos a las ganadoras del primer y segundo premio del concurso de dulces: Leticia García e Inmaculada Choque, respectivamente.
Además Mancha Verde bailó varias jotas, entre ellas la ‘Jota del Pelele’, y ya por la tarde, en distintos puntos distribuidos por toda la localidad se mantearon peleles.
LA TRADICIÓN DEL MANTEO DEL PELELE
Esta era un acto que congregaba toda la familia y vecinos en plena calle en torno a una manta y a varios peleles para ser manteados por todos, desde niños a abuelos.
El pelele es un muñeco antropomorfo relleno de paja y trapos viejos que representa a Judas. Dicho muñeco, antes de ser manteado, es expuesto o colgado en los balcones y ventanas de las casas durante los días previos para la simbólica burla de los vecinos.
Aunque en la tradición cristiana el pelele representa a Judas, en esta fiesta, con orígenes más paganos que religiosos, el muñeco también solía representar a alguien impopular y no deseado.