«La medida supondrá el cierre de las 40 camas de la planta, que durante todo el año registran una alta ocupación, a las que habría que sumar las 36 camas de la planta de Urología, cuyo cierre durante los meses de verano ya había anunciado la Gerencia del hospital», según afirma el sindicato en un comunicado de prensa.
SATSE entiende que la medida se adopta «atendiendo únicamente a criterios economicistas, con el único fin de ahorrar en personal, puesto que con el cierre de camas se reducirá la plantilla de profesionales sanitarios y por tanto no se puede hablar de una reorganización de los servicios para un mejor aprovechamiento de los recursos ante la menor ocupación de las camas en estos días, como se argumenta desde el SESCAM».
Para el Sindicato de Enfermería el cierre de camas supondrá «un perjuicio para los usuarios y una disminución en la calidad asistencial, además de ir en contra de la creación de empleo tan necesaria en los momentos actuales puesto que se eliminan las contrataciones para cubrir los permisos por vacaciones».
Por ello, el Sindicato alerta de las «deficiencias que se podrían vivir en el Hospital con el cierre de camas , como son el aumento de las listas de espera y, sobre todo, el incremento del tiempo de espera en Urgencias, lo que podría derivar en el colapso del Servicio».
Desde SATSE también se rechaza el cierre de camas «porque la reestructuración obligará a que se mezclen pacientes de distintas patologías lo que podría provocar un aumento de las complicaciones y de la morbimortalidad, aumentando con ello el gasto sanitario».
Además, considera que la reducción del personal sanitario supondrá «el deterioro de las condiciones laborales para los profesionales de enfermería al tener que asumir más carga de trabajo con el consiguiente empeoramiento de la calidad de la asistencia sanitaria que se presta a los usuarios».
Esta medida «se suma al recorte de personal que se lleva produciendo en el Hospital de Alcázar desde comienzos de año, cuya plantilla se ha visto reducida considerablemente por el cese de una veintena de supervisoras de unidad, cuya labor garantizaba el control del material sanitario y también del personal de la unidad, con la que no sólo no se van a reducir costes, sino que a largo plazo se aumentará el gasto, puesto que no se podrá controlar el uso adecuado de recursos materiales y humanos, como ya se ha demostrado en otras unidades hospitalarias».