Jornada especialmente esplendorosa de primavera, en uno de los epicentros del Guadalquivir con mayor arte de la piel de toro. Una oportunidad que si unos aprovecharon rindiendo culto a los principales exponentes de la religiosidad imaginera de la capital andaluza, otros prefirieron disfrutar del ambiente ferial o de los espacios públicos más emblemáticos. Todo ello haciendo altos obligados en emblemáticos puntos de la hostelería de la ciudad.
Pero llegados los prolegómenos del principal motivo del viaje, los aficionados del Club Taurino ‘Almodóvar’ ocuparon sus preceptivas localidades en el real coso sevillano para compartir esa tarde de toros. Y es que ante ejemplares de Juan Pedro Domecq Enrique Ponce se hizo con una oreja y saludos; José María Manzanares no cortó apéndice alguno y saludo y Roca Rey tuvo saludos y vuelta al ruedo.