Pedir un préstamo puede ser una excelente herramienta para cubrir gastos imprevistos o realizar una compra importante. Sin embargo, es crucial hacerlo con cuidado para evitar problemas financieros en el futuro.
Aquí te presentamos algunos errores comunes que las personas cometen al solicitar préstamos y cómo puedes evitarlos.
No leer los términos y condiciones
Uno de los errores más comunes al solicitar un préstamo es no leer los términos y condiciones detenidamente. Es esencial entender todos los detalles, como las tasas de interés, los plazos de pago y las penalizaciones por pagos atrasados.
Esto es igualmente importante en los préstamos pequeños. En ocasiones, los usuarios cometen el error de no poner la debida atención cuando los préstamos son de una cantidad poco elevada.
Asegúrate de que te sientes cómodo con los términos antes de firmar cualquier documento.
Pedir más de lo necesario
A veces, la tentación de pedir una cantidad mayor a la necesaria puede ser fuerte. Sin embargo, es importante pedir solo lo que realmente necesitas y puedes pagar.
Ahora mismo es posible cubrir un gasto pequeño con un préstamo de una cantidad ajustada. En el mercado se pueden ver préstamos de 50 euros que se piden solo con el DNI y pueden ser una solución práctica y fácil de manejar.
No comparar opciones
No todas las entidades financieras ofrecen las mismas condiciones para los préstamos. Antes de tomar una decisión, compara diferentes opciones para encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades. Considera factores como las tasas de interés, los plazos de devolución y cualquier coste adicional.
Ignorar tu capacidad de pago
Antes de solicitar un préstamo, evalúa tu capacidad de pago. Ten en cuenta tus ingresos y gastos mensuales para asegurarte de que podrás cumplir con los pagos sin dificultades. Pedir un préstamo sin tener en cuenta tu situación financiera puede llevarte a problemas de endeudamiento.
Es crucial tener un plan claro de cómo vas a devolver el préstamo. Esto incluye saber de dónde vendrá el dinero para los pagos y cuándo podrás realizar cada uno.
Utilizar el préstamo para un gasto superfluo
Otro error común es utilizar el préstamo para cubrir gastos innecesarios o superfluos. Por ejemplo, pedir un préstamo para comprar algo no esencial, como un accesorio de moda o pagar una cena lujosa, puede no ser la mejor decisión financiera.
Es importante evaluar si el gasto es realmente necesario y si vale la pena incurrir en una deuda por él.
Prioriza siempre los gastos esenciales y urgentes, y evita utilizar préstamos para compras impulsivas.
No utilizar el dinero para lo que habías pensado usarlo inicialmente
Otro error común es desviar el dinero del préstamo hacia otros fines distintos a los planeados inicialmente.
Es crucial pensar para qué quieres el dinero del préstamo exactamente, asegurándote de que, como decíamos antes, sea un gasto relevante y usar el dinero únicamente para resolver esa necesidad.
Verse con dinero en la cuenta puede ser tentador, pero hay que pensar que ese dinero no es tuyo, tienes que devolverlo.
Olvidarse del día de pago
Muchas veces, incluso teniendo el dinero disponible, los usuarios olvidan el día de pago y cometen un impago o se retrasan ocasionando gastos por un mero despiste.
Algunas entidades permiten establecer una devolución automática, pero si no es así conviene poner alertas en el móvil, el calendario de la cocina o donde sea que suelas acudir para evitar despistes.