El Museo Municipal de Alcázar de San Juan acogió el pasado sábado 11 de febrero la presentación del libro «La gran evasión española», obra del ilicitano Alejandro Torrús, jefe de opinión en el diario «Público». El alcazareño Pablo Conde, editor en Antena 3, se encargó de la presentación. Los concejales Benjamín Gallego y Gonzalo Redondo también asistieron al evento para mostrar el apoyo institucional del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan al autor natural de Elche, así como para manifestar el valor de su trabajo en memoria histórica.
Alejandro Torrús expresó que «Alcázar de San Juan es una localidad muy especial» para él, ya que durante sus años como estudiante, tuvo muchos amigos alcazareños que se convirtieron en hermanos y que siempre le “ofrecieron su ciudad como si fuese la suya, y sus casas como si fuesen la suya”. Según el autor, el libro trata de «dibujar dos épocas»: Por un lado, la España carcelaria de 1938 con la represión a presos republicanos y, por otro, la España actual en relación a la lucha de los descendientes por encontrar a sus abuelos y bisabuelos, tratando de conocer la verdad.
Por su parte, Pablo Conde describió el libro como «un paso más en la labor que Álex lleva haciendo muchos años; construir memoria histórica, documentar e informar sobre historias olvidadas o silenciadas”. Además, según el editor de Antena 3, resulta llamativo que una fuga tan importante, en la que casi 800 presos lograron escapar de un penal, no sea conocida, señalando en tono jocoso que, si la historia hubiera tenido lugar en Estados Unidos, habría protagonizado ya varias películas. Conde subrayó que el libro dignifica la profesión del periodista, ya que él siempre cree que “el periodista debe poner luz donde otros ponen oscuridad, y Álex pone luz en esa oscuridad”.
Gonzalo Redondo agradeció tanto a Alejandro como a Pablo por dar la oportunidad a la ciudad de Alcázar de conocer la obra de Alejandro, en especial teniendo en cuenta que se trata de un “pueblo sensibilizado con este tema” como lo es Alcázar de San Juan, que fue “uno de los primeros municipios en Castilla-La Mancha en investigar quién había enterrado en las fosas comunes del cementerio”, donde hay enterradas más de 400 personas de toda la comarca.