En la calle principal de nuestra ciudad ha tenido lugar un acto promovido por Cáritas sobre las personas sin hogar.
Son más de 20 años sensibilizando y denunciando la realidad cotidiana de las personas denominadas “sin techo” y la dificultad en su acceso a sus derechos fundamentales.
Bajo el lema “son derechos, no regalos. Nadie sin hogar” Cáritas explicaba la cruda situación por la que pasan estas personas que un día tuvieron casa, familia y trabajo.
Las reivindicaciones de este día van encaminadas al derecho de ser protegidos por nuestras normas, con mayor protección, aun si cabe, dada su situación de máxima exclusión y que esa protección legal se vea reflejada en:
La facilidad en acceso al Derecho de Protección social(n mas dificultades documentales.
La garantía del ejercicio de los mismos (a través de sistemas de protección y seguimientos desde los Servicios Sociales y con herramientas de acompañamiento como recursos de calle, residenciales, vivienda social.
La defensa jurídica en su caso (asesoramiento, asistencia legal gratuita)
La concejal de Servicios Sociales, Concepción Sánchez estuvo presente en este acto y dedico las siguientes palabras: en primer lugar quiso agradecer a todos los medios de comunicación que nos dan la oportunidad de poder llegar a todos los hogares a concienciar de la importancia de este acto. Recordó que vienen días muy entrañables como puede ser la navidad.
La sociedad entera tenemos que sensibilizarnos e hizo un llamamiento a que la gente se conciencie que hay personas que
viven en la calle que necesitan nuestro apoyo, no solamente apoyo económico que es muy importante, sino saber que podemos tenderles la mano en el momento que nos necesiten.
La concejal de Servicios Sociales animo a todas las personas de Cáritas que trabajan y colaboran con estas personas “a que lo sigan haciendo que no se cansen que es una labor que no tiene precio aquí en la tierra pero es grande la satisfacción personal que nos da “estar dispuestos ayudar”.
José Álvarez responsable de centro Samaría de Cáritas en Alcázar de San Juan explicaba que en este centro se presta atención a estas personas sin hogar intentando mejorar su calidad de vida, respetando la condición que cada persona tiene, se da cobertura de necesidades básicas, y posibilidades de recuperar su vida como ciudadano.
“La tarea que realizamos en el centro no es ni mucho menos suficiente para cubrir y dar respuesta a toda esta realidad. Esta es una responsabilidad de toda la sociedad porque los dispositivos y los recursos como los que contamos en este centro ayudan cuando ya se ha llegado a esta situación”. Es muy importante la prevención y que las personas no lleguen a encontrarse en esta situación tan difícil.
A las personas sin hogar les resulta muy difícil poder acceder a prestaciones sociales, a la Sanidad, en la mayoría de los casos no tienen empadronamiento, ni cuentan con prestaciones por desempleo, son duras situaciones de exclusión a las que se ven sometidas estas personas sin hogar.
Recordó que la campaña de “Las personas sin hogar” en Alcázar de San Juan comenzaba el 22 de noviembre con una reunión en Ciudad Real de las personas que trabajamos en este tipo de recursos a nivel provincial y a nivel diocesano, dado que es un recurso de la Iglesia, para reivindicar la invisibilidad de estas personas y a las cuales vemos y pasamos de largo, no queremos ver esa realidad que esta en nuestras calles.
El viernes 23 de noviembre se celebró una “vigilia de oración” en el colegio de las Trinitarias de nuestra ciudad y por ultimo esta concentración. Miembros de la asociación de Coros y Danzas bailaron y también lo hicieron dos cantautores.
Una persona sin hogar que esta en Alcazar de san Juan leyó un manifiesto del que destacamos “hoy queremos tener esperanza. Queremos hacernos visibles, queremos luchar. Por que hemos reaccionado, porque estamos empezando a creer en nosotros mismos, por que hemos pedido ayuda y la hemos encontrado. Hoy queremos que nos escuches que nos veas, que tengas fe en nosotros que nos conozcas. Que entiendas que no nos resulta fácil tener una vida “normal” por que estamos tan rotos por dentro que no sabemos como hacerlo”.