El pabellón Picasso acogió, el pasado sábado, el partido de la Primera División femenina de balonmano entre los equipos de Alcázar y Manzanares, correspondiente a la tercera jornada; un partido prácticamente decisivo para las aspiraciones al título de ambos.
Las alcazareñas, con falta de ritmo y muchos nervios, sumaron en los primeros minutos de partido varias pérdidas de balón que facilitaron que las del Manzanares se adelantaran 0-5 en el marcador. A esto se sumó la falta de acierto en la portería y poca intensidad en la defensa, que sus rivales supieron aprovechar. 9-16 al descanso. Parecía que el partido iba a ser un paseo para las manzanareñas, pero las locales plantaron cara y salió a la cancha un equipo totalmente diferente, enchufadísimo en el partido, poniendo la cabeza y el corazón y haciendo creer al público asistente en la remontada. En el minuto 14 del segundo tiempo, el marcador se colaba en 19 goles a 20. Tras varias decisiones arbitrales, más que discutibles, las de Alcázar parecía que volvían a salirse del partido, bajando nuevamente los brazos en la defensa, pero manteniendo el rodillo en el ataque, donde Vicky Calle tomó la responsabilidad y mantuvo la ilusión por la remontada.
Cara y cruz en un partido en el que la suerte, finalmente no acompañó al equipo local, que luchó hasta el último instante. Venció Manzanares con un ajustado resultado de 26-29.