Así lo explicó hoy el alcalde, Diego Ortega, quien comentó haber recibido numerosas quejas de los vecinos de la zona por el ruido y la suciedad que se acumula, a lo que hay que añadir la presencia del Centro de Salud I y la residencia de ancianos Dulcinea, junto a los tres institutos de Secundaria, cuyos directores también han mostrado en muchas ocasiones su malestar por esta circunstancia.
Desde este mismo fin de semana, la Policía Local controlará la zona para informar a los jóvenes de que no pueden quedarse ahí para hacer botellón, pero siempre, según aclaró Ortega, con “medios informativos y no represivos”.
El alcalde aseguró que “no es una zona adecuada” para la práctica del botellón y señaló que hay otras partes de la ciudad donde se molestaría menos o prácticamente nada, en puntos en los que no hay viviendas ni centros asistenciales en sus inmediaciones.
“Durante muchos años se ha estado mirando para otro lado, pero ha llegado el momento de tomar medidas”, afirmó el alcalde, quien también indicó que se controlará más la presencia de menores, a quienes se pedirá el DNI para informar a sus padres si son sorprendidos consumiendo alcohol en la vía pública.
Además, se pretende incrementar el control de venta de bebidas alcohólicas en los diferentes establecimientos de la localidad y se estudiará la posibilidad de limitar el horario para estas ventas.