El valor del material sustraído, sobre todo grupos electrógenos empleados para el riego, supera los 100.000 euros. Además, se llevaron otros objetos como baterías o motobombas y causaron importantes daños en las explotaciones, como el derramamiento de gasoil.
La mayoría de los asaltos han tenido lugar en explotaciones ubicadas muy próximas a las carreteras de Socuéllamos y El Bonillo y en un perímetro de muy pocos kilómetros.
El presidente regional de ASAJA y de la Organización en Tomelloso, Fernando Villena, señala que los robos se han producido por las noches, a partir de medianoche, “cuando actúan con total impunidad, cortando los vallados y cercados y con tiempo suficiente para cargar el material en los vehículos”.
Para Villena resulta “increíble” que estos actos tengan lugar en fincas situadas, en algunos casos, a pocos metros de las carreteras de acceso a la localidad, en lo que parece “un desafío a la labor de los Cuerpos de Seguridad del Estado, y que está generando gran intranquilidad y preocupación entre los agricultores de la zona”.
Desde la Organización señalan que resulta urgente la reforma del Código Penal, anunciada hace meses por los ministros de Interior y Justicia como una prioridad legislativa para tratar de manera adecuada la delincuencia multireincidente, única forma de atajar una situación que preocupa muchísimo a agricultores y ganaderos.
Además, reiteran la demanda de una mayor presencia policial en el campo, en especial en las zonas más afectadas y en los periodos más conflictivos (noches, fines de semana y festivos).
También solicitan un control exhaustivo y rigurosos en los posibles puntos de destino de este tipo de materiales robados, comprobando en chatarrerías y desguaces la procedencia de los objetos y verificando sus contratos de compraventa.