El consejero de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, Marcial Marín, ha asegurado que “el borrador de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad de la Educación ha incluido las aportaciones que hemos trasladado desde Castilla-La Mancha” y ha añadido que “estamos satisfechos de cómo ha evolucionado en el último mes”.
En este sentido, durante la reunión sectorial de Educación que se ha celebrado hoy en el Ministerio, Marín ha recordado que “hace un mes dijimos que era mejorable y hemos estado trabajando, nos hemos reunido con el ministro de Educación, con la secretaria de Estado y hemos hecho varias aportaciones que han sido muy bien acogidas”.
En este sentido, el consejero ha puesto de manifiesto que “ésta va a ser una ley que de verdad va a servir para poner remedio al elevado fracaso escolar que la anterior norma educativa no ha sabido parar”. Así ha recordado que “por muchas inversiones o recursos económicos que se han destinado en Castilla-La Mancha a la educación, los resultados han sido nefastos” en lo que se refiere a fracaso escolar.
Por ello, Marín ha abogado por una “LOMCE que recoja el espíritu de mejora –propuesto por Castilla-La Mancha- que apuesta más por la autonomía de los centros educativos, por la profesionalización de los directores, por la inclusión de los alumnos, la potenciación de los idiomas, las nuevas tecnologías, por más asignaturas comunes y, en definitiva, por más calidad de la educación”.
Marín también ha destacado la necesidad de alcanzar una normativa estatal “que cuente con el mayor consenso posible y que garantice las mismas oportunidades y exigencias educativas, se viva donde se viva”.
Con respecto a la aplicación de la ley en Cataluña, Marcial Marín ha afirmado que “el debate no se puede centrar en aquello que nos separa, sino en lo que nos une”. Así, el consejero ha señalado que respeta “las reivindicaciones de todas las regiones pero aquí tenemos que venir con el mayor espíritu de consenso posible”.
En su opinión, “la discusión no se puede centrar en las lenguas cooficiales, que no afectan al 80 por ciento del alumnado de toda España, el debate hay que enfocarlo en lo que de verdad importa: en lograr una mayor exigencia educativa, más excelencia y, en definitiva, en frenar el elevadísimo abandono temprano”.