En La Villa de Don Fadrique, corazón de La Mancha toledana, dos instalaciones fotovoltaicas instaladas en el tejado de una vivienda particular llevan más de 20 años mirando al cielo de Toledo y vertiendo energía a la red, una instalación que tiene el honor de poder decir que es la segunda puesta en marcha en toda la Comunidad Autónoma, y que con el paso de los años ha visto cómo a su alrededor se desplegaban los últimos avances tecnológicos hasta configurar un dispositivo que, si bien se limita a lo doméstico, suma 35 Kwp, ocho veces más que lo que es habitual.
Vicente Maqueda, propietario y desarrollador de la instalación, y además, fundador de la empresa GFM Fotovoltaica, ha abierto las puertas de su casa para mostrar las posibilidades, que en el corto plazo, podrían derivarse del autoconsumo. En dicha vivienda conviven las últimas tecnologías reguladas siempre que tiene ocasión para reducir al máximo la necesidad de estar conectado a la red, trabajo que incluso le ha llevado a instalar un cargador de vehículos eléctricos en el exterior de su garaje a disposición de cualquier vecino que pudiera necesitarlo.
Con 35 Kwp de potencia instalada y una potencia total de inversores de más de 25 kilowatios, tiene la opción de almacenar en baterías de litio y además verter el excedente a la red, o bien para hacerlo retornar al mismo centro de producción del domicilio o cederlos en forma de ‘batería virtual‘ en la que todos los kilowatios producidos y no consumidos pueden pasar a una batería virtual que podrá o bien consumir más adelante o bien incluso utilizar en otros inmuebles.
Reivindicaciones para allanar el camino
Maqueda propone, como experto en el sector, que en primer lugar hay que agilizar las tramitaciones municipales para conseguir licencias de obra, ya que ahora “hay veces que se tardan meses en conseguir dichas licencias”.
Otro gran problema según el punto de vista de Maqueda es conformar por fin un “único y regulado protocolo de actuación”, toda vez que en estos momentos las “regiones eléctricas” no coinciden en el mapa con las comunidades autónomas, y las distintas reglas del juego “complican más la cosa”.
La principal reivindicación según Maqueda debería ser que toda la energía producida a través de paneles solares en instalaciones individuales que no pueda consumirse al momento se pudiera verter a la red para su inmediata distribución.
Ahora, estas instalaciones, pese a la inversión que requieren, “están capadas y no pueden verter a la red”, lo cual “no tiene ni criterio ni lógica”.
Energía que se pierde
Actualmente, según datos esgrimidos por el último informe de APPA, la Asociación de Empresas de Energías Renovables, al menos un 1,8% de la energía consumida en este país podría provenir de las instalaciones fotovoltaicas, a las que no se les deja verter el excedente.
Una cifra que va al alza y que podría duplicarse en este 2023, multiplicándose exponencialmente en años sucesivos. “Si sigue este crecimiento y no se pone solución, habrá muchas instalaciones con mucha producción a la que se les estará negando el poder colaborar a la independencia energética
de este país”.
Considera Maqueda que, con la situación de privilegio de España en cuanto a la materia prima, la “profesionalidad” adquirida por las empresas instaladoras y los precios de la energía, ni siquiera sería necesario subvencionar este tipo de iniciativas.
“No hace falta ningún tipo de subvención para ningún tipo de autoconsumo, ni comercial ni doméstico. Todas las instalaciones son hiper rentables.
Cada vez que sube el kilowatio en el mercado, la diferencia de precio de lo autoproducido es la mejor subvención“, asegura, urgiendo a revocar lo que considera una “disfunción del mercado”.