


PREGUNTA.- ¿En qué lugar de importancia sitúa su nombramiento como Hijo Predilecto de Alcázar de San Juan?
RESPUESTA.- Para mí más importante que nada es ser sacerdote porque sin serlo no sería párroco de Aracena, ni sería nada y para míl esto es lo más grande, en segundo lugar está la familia y ser alcazareño, estar bautizado en Santa María y arropado bajo el manto de la Virgen y después todo lo demás sin lugar.
P.- Hace que cuatro que se planteó este nombramiento y sin embargo hasta el año pasado no se aprobó. En el camino se suscitó cierta polémica política, ¿cómo la valora?
R.- Yo no le doy importancia a la controversia política. Nunca he pedido nada, ni siquiera ser hijo predilecto y cuando me dijeron que no lo admitían, me pregunté por qué, pero me quedé igual y cuando han dicho que sí también me he quedado igual. Hombre es verdad que me he alegrado mucho, pero he sabido tirarle la pelota a mi pueblo, todos sois hijos predilectos porque lo ha dicho Longinos.
P.- Su currículum cuenta con numerosas distinciones, una de las más recientes y prácticamente coincidentes en el tiempo con la aprobación de hijo predilecto ha sido el nombramiento como canónigo de la catedral de Huelva.
R.- Para mí ha sido un nombramiento con gran sorpresa porque no me lo esperaba. El obispo me lo propuso hace año y medio y yo le decía llorando “por Dios no me haga usted eso y él me decía pero por qué lloras si te voy a hacer canónigo, no te voy a dar una paliza. Y me decía además ser canónigo tiene mucho peso y ya me gustaría a mí tener canónigos de este peso”. El obispo ha querido reconocer la trayectoria de un cura que lleva 45 años en Huelva, de estos 45, 42 en la Sierra de Aracena. Ser párroco en la Sierra de Aracena es difícil porque es una zona muy dura y no muy apetitosa por los curas. El obispo ha querido reconocer la trayectoria constante y fiel de un sacerdote en la Sierra de Aracena y tener en cuenta el detalle por parte del cura y de la ciudad de Aracena de terminar su parroquia inconclusa desde 1528 que se puso la primera piedra. Lo que se había hecho se terminó en 1603 y en 2003, aprovechando el cuarto centenario pidieron permiso al obispo para terminarla, lo concedió y en 29 meses se hizo el total que casi ha costado casi 3 millones de euros sin costarle nada a la Diócesis. El pueblo de Aracena es muy generoso y el obispo lo ha tenido en cuenta y también mi trabajo de su cura con mi pueblo y no ha encontrado otro reconocimiento mejor que hacer al párroco canónigo dignidad de la catedral de Huelva, por lo que se me ha concedido la dignidad de maestro de capilla. El coro de la catedral depende de mí y estoy me cambia algo la vida porque hay más trabajo, aunque estoy exento de asistir a coro, pero hay una coral y un coro de niños. No obstante, ya me dijo el obispo como tienes muchos amigos músicos en Huelva, arréglate y así es como hemos organizado la coral, me es más fácil sin tener que desplazarme. Es una forma de trabajar sin figurar, que es lo que a mí me gusta hacer, trabajar sin figurar.
P.- ¿Qué implica este nombramiento?
R.- El hecho de nombrar canónigo es un honor para mí, para la ciudad de Aracena y para mi pueblo, pero también es un reto, porque tengo que llevar el rostro de la Virgen, me han dado un cargo de más responsabilidad. Mucha gente me dice que dónde he aprendido a querer tanto a la Virgen y yo les digo que en mi pueblo, de mi madre, se me llena la boca cuando hablo de mi madre que me enseñó a querer a la Virgen, a ser honrado, a no perder tiempo… Mi madre decía “dale gusto a todo el mundo y verás como se te abren todas las puertas” y eso es verdad, porque lo he llevado a la práctica y es verdad, no me engañó. Ahora también soy hijo predilecto de Alcázar, que para mí lo es todo aquel al que lo ha parido su madre en algún hogar de Alcázar. Ahora, como alcazareño, como cura, como párroco y ahora como canónigo de la catedral no puedo ser un pichiganga, no puedo dejar mal a mi pueblo, ni a mi parroquia, ni a mi Iglesia, ni a Huelva.
P.- ¿Siente que con este gesto Alcázar le ha querido corresponder al alcazareñismo que ejerce desde la distancia?
R.- Yo no hago las cosas porque Alcázar o Aracena me correspondan, pero sí que lo que están haciendo es más de lo que merezco. Yo sé cual es mi obligación y aunque no me lo agradezcan, yo trabajo por ir al cielo porque con mucho es lo mejor. Estoy deseando estar con mi madre y la Virgen que estarán en la puerta del cielo esperando a su chico.
P.- La Virgen del Rosario, ¿tira mucho?
R.- Perdón por la expresión, pero dice el refrán que más pueden tetas que carretas y las de la Virgen deben ser fenomenales porque hay que ver como nos alimenta a todos los hijos de la Iglesia y de Alcázar. La Virgen tira mucho, pero mucho, mucho, mucho. Para mí se crea un problema en Aracena porque allí la Virgen del Rosario es una fiesta muy importante y tan solo un año de los 27 que llevo allí he estado. Ellos lo comprenden, porque mi madre me dijo que mientras que pudiera no faltara a la Virgen y eso para mí es palabra de Dios y ellos lo comprenden, y dicen “con lo que era su madre para usted”, y por eso no se crea más problema del que se crea. Yo quisiera a mi pueblo le tirara la Virgen tanto como me tira a mí, a cada uno a su manera, yo entiendo que soy un triquitraque y me enciendo, pero a cada uno lo llama y le tira de una forma.
P.- ¿Cómo ve Alcázar desde la distancia y cuando viene?
R.- Veo a Alcázar muy bien y me da pena ver a la juventud con estudios desorientada que no sabe lo que quiere o donde está. Pocos días es tiempo suficiente para percibir el olfatillo de los problemas, del paro, de esas dos primas tontas, la de riesgo y la prima hipoteca. Se percibe que la gente está angustiada, pero yo empiezo a ver signos de resurgimiento. La gente quiere salir y solo hace falta que la gente quiera salir, cuando la gente quiere y le añade confianza en Dios y en la Virgen, se sale.
Siempre he visto a mi pueblo muy demócrata, muy liberal, muy respetuoso y me extraña ahora que en ciertos sectores haya poco respeto, porque mi pueblo siempre ha sido muy demócrata y muy respetuoso. Las opciones de cada una han sabido respetarse y conjugarse con las demás, por eso me extraña que siendo mi pueblo tan demócrata, tan liberal y tan respetuoso con la opinión del de enfrente se esté así, pero las aguas vuelven a su cauce y no hay que perder los nervios. Los curas estamos curados de espanto, vemos mucho y luego vemos que las aguas vuelven a su cauce. Veo a mi pueblo con posibilidades, con un corazón tan grande como las aspas de un molino y una actitud de querer arreglar las cosas entre todos. Alcázar es un pueblo muy culto, porque la democracia y la libertad sin cultura no se entienden y la cultura nos debe llevar a la justicia, a la fraternidad, al respeto, a la colaboración, a la cooperación, al voluntario y sobre todo a la catequesis.
El cristiano tiene que ser una catequesis viva, una iglesia de puertas abiertas a todo el que llegue, no clasista a ti sí a ti no. Así lo entiendo yo y así son los cristianos que formo yo en mi parroquia. La iglesia tiene que ser madre y acoger a quien sea, con el pío que llegue en la boca, hay que ser consecuente con lo que predicas, dices y celebras y lo dice de mí y de cualquier cristiano. La Jornada Mundial de la Juventud fue un espaldarazo a esto que digo. La juventud quiere ser un rostro acogedor de la Iglesia, del que está dentro y camina.