El proceso de industrialización experimentado durante la década de los 60 en España supuso un movimiento migratorio sin precedentes de hombres y mujeres desde el campo a la ciudad en busca de nuevas oportunidades. Así, mientras nuestros pueblos veían reducida su población y con ella sus esperanzas de crecimiento, las ciudades crecían a un ritmo vertiginoso.
Comenzaba así un proceso de despoblación del medio rural que, a día de hoy, 60 años después, supone una de las grandes amenazas para la supervivencia de los pueblos y uno de los grandes retos de las administraciones de cara a revitalizar la llamada “España Vaciada”.
Una realidad a la que no es ajena Castilla-La Mancha. Según las cifras oficiales de población del padrón municipal a 1 de enero de 2019, la población de los 919 municipios de la región era de 2.032.863, de los que cercan de 300.000 personas viven en 739 municipios con población inferior a 2.000 habitantes, lo que supone que en el 80% de los pueblos de Castilla-La Mancha tan solo vive el 15% de la población regional.
Conscientes del grave problema que supone la pérdida de población y el envejecimiento para el devenir de los pueblos, a finales del mes de febrero se firmaba el llamado ‘Pacto contra la despoblación en Castilla-La Mancha”. Un documento en el que se refleja la necesidad de poner en marcha mecanismos que ayuden a recuperar población en el medio rural.
Por otro lado y de forma paralela a esta realidad e inmersos en una pandemia global, son muchas las personas que vuelven a mirar a los pueblos como lugares de retorno para continuar con sus vidas, favorecidos, además, por nuevos mecanismos laborales como el auge del teletrabajo. Un ejemplo de este retorno lo encontramos en la localidad ciudadrealeña de Villanueva de los Infantes, un municipio cuya población durante este año ha sumado 70 habitantes más.
Una de estas personas es María de la Cruz, una mujer joven, urbanita, de mundo y emprendedora que tras años recorriendo el mundo por motivos laborales, decidía hacer la maleta y regresar a su pueblo natal, Villanueva de los Infantes, para comenzar una nueva vida y ayudar, como ella misma explica, “a revitalizar la España Vaciada a través de la digitalización”. “Es mi objetivo poner en práctica mis conocimientos para impulsar el crecimiento de mi pueblo y de muchos otros del medio rural”.
Hace 10 años se marcha de su pueblo natal, Villanueva de los Infantes, ¿por qué?
Me marché porque siempre había asociado el irse del pueblo con el progreso. Todos los jóvenes se iban fuera a estudiar y trabajar, y yo me quedé con la idea de que quedarse era un fracaso. Porque existe la idea generalizada de que quedarse en un pueblo, o regresar, es un fracaso. Así, me fui a estudiar Periodismo y Publicidad y RR.PP. a Valencia, y de ahí, de una ciudad a otra, sin pasárseme siquiera por la cabeza la idea de regresar al pueblo.
¿Qué ha aprendido a lo largo de este tiempo como persona y como profesional?
He aprendido que para regresar antes hay que irse. Siempre me ha gustado viajar, y aproveché cada ocasión que se me presentaba para ello. Desde que conseguí una beca Erasmus en Francia con 22 años, no he parado. Después de esto pasé por Chile, EE.UU., Noruega y los Países Bajos, por estudios y por trabajo.
Aprendí muchísimo, conocí gente de todas partes del mundo, y esto me ha hecho crecer como persona y como profesional. Pero también está la “otra cara”: los cumpleaños, las bodas, los funerales que me he perdido. Al final, la distancia pesa mucho.
Pero no me arrepiento de nada. Una de las cosas que he aprendido es que en España, en nuestra cultura, hay mucho miedo al fracaso, mucho miedo a emprender. En otros países ocurre exactamente lo contrario, y eso fue lo que me hizo plantearme mi deseo de emprender.
De regreso a su tierra ¿Qué cambios ha visto?
Han cambiado mucho las cosas, como en todas partes. La población se ha visto reducida en los últimos años, negocios que había hace algunos años ya no están. Camino por la calle y no conozco a los jóvenes, que eran niños cuando yo me marché. Pero, en esencia, se siente como estar en casa de nuevo.
También veo que, a raíz de todo esto que estamos viviendo en este año incierto, el mundo ha vuelto la mirada hacia ese “ámbito rural” olvidado durante tanto tiempo, y creo (y espero) que va a dejar de ser ese gran olvidado.
La falta de recursos y de oportunidades hace que muchos jóvenes se marchen de sus pueblos en busca de un presente y un futuro mejor. Desde su punto de vista, ¿Qué tiene que hacer la administración para evitar esa ‘huida’?
Creo que hay mucho por hacer al respecto. Ayudaría que se fomentara más la cultura emprendedora en los pueblos, empezando por los niños y jóvenes, en colegios e institutos. Y que mejoraran las infraestructuras de transporte, pues muchos más decidirían volver, o quedarse, si fuera más fácil acceder o moverse hasta otros lugares desde los pueblos.
Esta pandemia ha hecho, como en su caso, que muchas personas vuelvan a sus orígenes, a sus pueblos. ¿Puede ser esta situación una oportunidad para revitalizar el medio rural?
Estoy segura. Si algo se ha conseguido con la situación actual es que mucha gente se dé cuenta de que los pueblos están ahí, siempre lo han estado, que se vive muy bien y que es posible construir tu vida en el medio rural.
Las ciudades tienen sus ventajas, como la gran oferta cultural, las facilidades para el transporte… Pero las zonas rurales tienen otras muchas como, por ejemplo, la posibilidad de vivir en conexión con la naturaleza, el caminar a todas partes, la tranquilidad… Creo que, a raíz de la pandemia, se han puesto en valor estas “ventajas”, y ahí está la oportunidad de revitalizar el medio rural.
De vuelta a Villanueva de los Infantes, ¿Qué proyectos tiene a nivel personal y profesional?
He retornado como emprendedora, con el objetivo de ayudar a reducir la “brecha digital” que tradicionalmente ha existido entre zonas urbanas y rurales. Con el proyecto que he emprendido junto a mi marido, Masper Comunicación Digital ayudamos a negocios y profesionales del medio rural a “dar el salto” al ámbito digital. Ofrecemos servicios de diseño de páginas web y tiendas online, gestión de redes sociales, publicidad online y formación. Nuestro objetivo es que cualquier tienda física o profesional del medio rural que quiera vender sus productos o servicios online, sea cual sea su situación, pueda hacerlo.
Cree que es posible revertir la situación y hacer que los pueblos vuelvan a tener la vida de antes. ¿Cuál sería la fórmula?
Estoy segura de que es posible. En menos de un año se ha avanzado más en términos de teletrabajo que en toda nuestra historia. Se ha demostrado que para muchos trabajos no es necesaria la presencia “fija” en un lugar. Si la tendencia continúa más allá de la pandemia, es muy probable que mucha gente decida establecerse y volver a los pueblos.
También, como he dicho, ayudaría que se fomentara más la cultura emprendedora en nuestro país, en los pueblos, con ayudas, con formación, desde pequeños. Yo tuve que marcharme al extranjero para considerar el emprendimiento como opción profesional. Estaría bien que otros no tuvieran que marcharse para descubrirlo.
¿Qué mensaje puede trasladar a personas que como usted han vuelto a su tierra?
Que, a veces, hay que encontrar más valor para volver que para marcharse. Se habrán encontrado, como yo, que muchas cosas han cambiado desde que se fueron. Pero, en esencia, han vuelto a casa, están en casa.
Testimonio que da buena muestra de que revitalizar nuestros pueblos, la España y La Mancha vaciada, es posible.