El virus respiratorio sincitial (VRS) es un patógeno de distribución universal, capaz de causar grandes epidemias de bronquiolitis y neumonías, que afectan a todas las edades.
Se calcula que el 60 % de los niños menores de 1 año y casi al 100 % de los menores de 2 años van a verse afectados, a veces más de una vez en cada temporada.
Cada vez hay más evidencia respecto a su impacto en la población adulta, especialmente en mayores de 65 años. En Europa, el VRS es responsable de unos 1,5 millones de episodios de infección respiratoria de vías bajas en este grupo de población.
Características del VRS
Una característica muy típica de estas epidemias es su marcado ritmo estacional, ya que sólo se presentan en los meses de invierno. En los países del hemisferio norte la mayor incidencia se da desde principios de noviembre hasta mediados de febrero.
Se trata de un virus muy contagioso porque se elimina por las secreciones de los pacientes durante mucho tiempo: en niños muy pequeños esta expulsión se puede prolongar hasta 3 o 4 semanas y puede sobrevivir hasta 7 horas en superficies no porosas.
El contagio se produce a través de las gotículas de las secreciones nasofaríngeas, de forma que se puede propagar mediante la tos y los estornudos o al tocar superficies que tengan el virus y luego llevarse las manos a los ojos, la nariz o la boca.
En la mayoría de los casos, las infecciones por VSR desaparecen en una semana o dos sin tratamiento. Sin embargo, en ocasiones, se ve afectado el tracto respiratorio inferior y se origina un proceso de inflamación a nivel bronquiolar que origina un cuadro de bronquiolitis.
¿Tiene algún tipo de tratamiento?
El único tratamiento aceptado para la bronquiolitis es el sintomático: manejo de secreciones, oxigenoterapia, hidratación y nutrición adecuadas.
Sin embargo, se puede evitar la transmisión del VRS, con las medidas higiénicas que aprendimos durante la pandemia del COVID: lavarse las manos regularmente, lavar los juguetes, prendas, útiles y ropa de cama con frecuencia, emplear pañuelos de papel desechables, utilizar mascarillas y evitar el contacto estrecho con posibles fuentes de contagio.
Además de estas medidas higiénicas, la bronquiolitis causada por VRS se puede prevenir mediante inmunización pasiva con la administración de anticuerpos monoclonales. Estos fármacos se unen al VRS , evitando que el virus se fusione con las células de las vías respiratorias.
El año pasado se empezó a administrar un anticuerpo específico contra el VRS, Nirsevimab, que ha demostrado ser muy efectivo. Logró reducir en un 80% las consultas en pediatría y los ingresos hospitalarios ocasionados por la bronquiolitis asociada a este virus.
Este anticuerpo se aplica a dos grupos de niños: a niños sanos que han nacido a término, que pueden desarrollar un cuadro grave de bronquiolitis por VRS y, por otro lado, a los niños de alto riesgo (prematuros y aquellos con enfermedades crónicas)
Además, recientemente se han autorizado dos vacunas para población adulta de más de 60 años, una de las cuales se puede administrar en embarazadas para la inmunización del recién nacido en sus primeros meses de vida a través de los anticuerpos de la madre.
PARAR LA BRONQUIOLITIS CAUSADA POR VRS ESTA EN NUESTRAS MANOS
Sagrario Pérez de Agreda Galiano
Farmacéutica del Centro de Información del Medicamento
Colegio Oficial de Farmacéuticos Ciudad Real