Actividades sexuales de los jóvenes cada vez más precoces, aumento de los casos de infecciones de transmisión sexual
El comportamiento sexual de los adolescentes en los países occidentales está experimentando cambios significativos, influidos por diversos factores sociales y culturales. Recientemente, se ha observado una tendencia hacia un inicio más precoz de las relaciones sexuales, con muchos jóvenes que experimentan su primera experiencia sexual entre los 15 y los 18 años.
España no es una excepción, y la reciente campaña del Ministerio de Sanidad pone de manifiesto la urgencia de la situación, revelando que más del 50% de los jóvenes de 15 a 19 años han tenido al menos una relación sexual con penetración, con una tendencia creciente hacia el inicio precoz de las relaciones sexuales.
Esto ha provocado un aumento significativo de los casos de infecciones de transmisión sexual entre los jóvenes españoles, especialmente gonorrea y clamidia, ambas causadas por bacterias. Tampoco hay que olvidar, como explica este artículo de Dimann sobre la cistitis postcoital, que las infecciones bacterianas ligadas a la conducta sexual, incluso a primera vista poco preocupantes, pueden provocar un aumento del riesgo de contraer enfermedades crónicas devastadoras para la calidad de vida, como la cistitis.
¿Cómo están exactamente las cosas y cuáles son las razones de este fenómeno?
Lo explicamos en el siguiente artículo.
Las enfermedades de transmisión sexual más extendidas entre los jóvenes:
Analizando los datos de 2022, descubrimos que el grupo significativamente más afectado por enfermedades de transmisión sexual -como la sífilis, la gonorrea y la clamidia- son los jóvenes de entre 20 y 24 años.
La clamidia mostró un aumento significativo, con más de 26.000 casos diagnosticados en 2022. De ellos, el 37,6% corresponde a jóvenes menores de 25 años, con más de 10.000 casos específicos en este grupo de edad. También es elevada la proporción de casos entre 15 y 19 años, en torno al 29%.
Por otro lado, se notificaron 8.141 casos de sífilis, mostrando de nuevo una fuerte tendencia al alza en los últimos años y con predominio entre los jóvenes de 20 a 24 años, que representan el 81% de los casos. Los jóvenes de entre 15 y 19 años, por su parte, representan el 18,6% de los casos declarados.
En cuanto al VIH, la infección que quizás más golpea el imaginario popular, se registraron algo menos de 3.000 casos, con un 10,6% de nuevos diagnósticos entre los menores de 25 años.
¿Cuáles son las razones?
En el aumento de las enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes influyen varios factores interconectados. Entre las principales causas se encuentran el aumento de la actividad sexual a una edad temprana y un mayor número de parejas sexuales, que exponen a los jóvenes a mayores riesgos.
Las normas sociales y culturales, a menudo influidas por la presión de los compañeros y la búsqueda de aprobación social, pueden llevar a un comportamiento sexual imprudente, incluso cuando se conocen los métodos de protección.
La dificultad para acceder a los servicios sanitarios y la vergüenza de buscar ayuda médica pueden retrasar el diagnóstico y el tratamiento, agravando así la situación. De hecho, la investigación que acabamos de presentar demostró que el 37% de los jóvenes infectados por enfermedades de transmisión sexual en España sufrieron retrasos en el diagnóstico, lo que pone de manifiesto la necesidad de una mayor concienciación sobre la prevención y el diagnóstico precoz.
¿Qué se puede hacer?
Para hacer frente al aumento de las enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes, es esencial adoptar un enfoque integrado que combine la educación, la prevención y el acceso a los servicios sanitarios.
Empecemos por la educación: es crucial que en las escuelas haya programas bien estructurados y con base científica que proporcionen a los jóvenes toda la información que necesitan sobre los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual, las prácticas sexuales seguras y el uso adecuado de los anticonceptivos. Y no olvidemos lo importante que es saber qué hacer en caso de contraer una infección.
Las campañas de prevención pueden y deben fomentar comportamientos responsables, como el uso regular y correcto del preservativo y la limitación del número de parejas sexuales. Hay que ser consciente de que nadie puede hacerlo solo: los jóvenes, los padres y las comunidades deben implicarse para crear un entorno de apoyo y comprensión en torno a la salud sexual de los jóvenes.
También es crucial que los jóvenes tengan fácil acceso a los servicios de prevención y tratamiento de las ETS, incluidas las oportunidades de someterse a pruebas periódicas y a un tratamiento oportuno.
Para fomentar una mayor participación, estos servicios deben ofrecerse de forma anónima para reducir el riesgo de estigma social. Un acceso libre de prejuicios y unos espacios seguros donde los jóvenes puedan hablar de sus preocupaciones sin miedo a ser juzgados facilitan una mejor prevención y gestión de las infecciones.